«La Iglesia desea presentar la belleza
del matrimonio, de la unión fiel y
definitiva entre un hombre y una mujer abiertos a la vida. Que la Iglesia celebre
el matrimonio es una auténtica profecía para el mundo.
Apostar
por la familia. La
familia es la primera sociedad humana, es la célula vital de la
sociedad, titular de derechos propios y originarios, que ocupa el centro de la
vida social. La familia es
la cuna de la vida y del amor donde nacemos y crecemos. Por
ello, se ha de
afirmar la prioridad de la familia como primera forma de sociedad respecto
al resto de instituciones sociales y también del Estado. La familia, en tanto
que sociedad natural básica, no está, por lo tanto, en función de la sociedad y
del Estado, sino que la
sociedad y el Estado están al servicio de la familia para que pueda llevar a
cabo la misión propia de educar a los hijos.
Un buen modelo social que busque el bien del ser humano debe
tener como prioridad a la familia. Desatender a las familias sin
ofrecerles las ayudas necesarias es un ataque a la futura sociedad.
Apostar por la vida. En el seno de la familia
se gesta la vida; muchas vidas que pueden nacer, crecer, desarrollarse en
plenitud y morir con amor y dignidad. Todas las vidas merecen ser vividas. La defensa de la
vida en su integridad es fundamental. Una sociedad que no
protege la vida de sus integrantes es una sociedad abocada al fracaso y a la
barbarie». ( Cardal Omella, Presidente da Conf. Episcopal de Espanha - 25.IV-. 22)
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