terça-feira, 12 de novembro de 2024

O REI BALDUINO: um Homem exemplar para a eternidade

 

                        O REI BALDUINO: um Homem exemplar para a eternidade

 

    Em 1993, em trabalho, estive vários dias na Bélgica, quando o Rei Balduino tinha já falecido.Vi, por todo o lado e em várias cidades, nas montras de lojas, uma fotografia , com uma tarja preta, do falecido Rei. Falando com vários belgas, a propósito deste Rei, todos eram unânimes em dizer-me do seu enorme desgosto pela sua morte. Todos me disseram que tinha morrido o último belga! Num supermercado, comprei uma vídeocassete sobre a vida e morte do Rei que me deixou ainda mais admirador deste grande Rei.Mais tarde, em 1996, comprei, igualmente a sua biografia, feita pelo Cardeal Suenens ( “ LE ROI BAUDOUIN – une vie qui nous parle” e que depois foi traduzida para português ( “ O segredo do Rei Balduino”), edição que igualmente possuo ( O título da tradução portuguesa é menos impactante do que o da edição francesa, o que lamento).

  O Rei Balduino nasceu em 7 de Setembro de 1930 e faleceu repentinamente em férias em 31 de Julho de 1993, tendo sido aclamado Rei em 17 de Julho de 1951. Casou em 15 de Dezembro de 1960 com D. Fabíola de quem não teve filhos. Esta situação, a de não terem tido filhos, foi um grande sofrimento para o casal real mas que soube ultrapassar com uma grande dignidade.

  

   Do muito que fez e nos deixou em legado, um Rei constitucional que era escrupoloso no cumprimento dos seus deveres, o exemplo mais marcante da sua vida como Rei foi, sem dúvida,de uma enorme coragem e de uma fidelidade à sua consciência de católico. Vejamos o facto: em 30 de Março de 1990, escreveu uma carta, uma carta que ficou célebre e que, creio, o há-de levar aos altares (aliás é essa a vontade do Papa Francisco como referirei adiante.

   O Rei, exemplo de Homem e de Político integro, vai ficar, já está, na História da Bélgica e da Europa por este gesto que  poderia  pôr em risco a própria Monarquia quando renunciou ao trono por algumas horas para não assinar a lei do Aborto! A sua consciência e os valores profundos que norteavam a sua vida levaram-no a este gesto de extrema coragem.

   O jornalista belga, logo a seguir à morte do Rei escreveu:

“ Exercer a realeza, como o Rei o fez, é também um sacerdócio”.

   Ou o poeta belga que exarou a sua opinião sobre o Rei Balduino com as seguintes palavras:

“ O público celebrou no Rei um homem de amor”.

Ou o Cardeal Danneels que disse:

“ Estávamos em presença de alguém que era mais do que um Rei: era o pastor do seu povo.”

… Por isso, o Papa Francisco, na sua recente visita à Bélgica, teve a feliz determinação, não prevista na agenda, de ir rezar junto do túmulo do Rei Balduino, na cripta real de Laeken e nessa altura disse para que todos presentes o ouvissem:

Que queria saudar a coragem do Rei quando escolheu “ deixar o seu posto de Rei para não assinar umna lei homicida” tendo exortado os belgas a “ voltarem-se para ele neste momento em que leis criminosas estão a ser elaboradas” (o Papa referia-se não só às leis do Abroto como da Eutanásia). E na viagem de regresso a Roma, o Papa Francisco, anunciou que mal chegasse a Roma daria instruções para a abertura do processo de beatificação deste grande Rei com estas palavras:

“ No meu regresso a Roma, lançarei o processo de beatificação do Rei Balduino.Que o seu exemplo de homem de fé ilumine os dirigentes.Peço que os Bispos da Bélgica, abracem esta causa para a fazer avançar.”

  Obviamente que se levantou um clamor entre políticos e até Bispos (!!!) contra esta decisão do Papa.

  Na realidade, Balduino foi um Rei exemplar toda a sua vida e continua a sê-lo ainda hoje, talvez mais do que nunca.

  Carlos Aguiar Gomes

 

 

 

 

  

domingo, 10 de novembro de 2024

ENTREVISTA AO P. JAVIER RAVASI

 Nos encontramos con el padre Javier Olivera Ravasi. Si su figura transmite serenidad, su mirada refleja la intensidad de quien vive cada día con un propósito definido.

A través de su voz pausada pero firme, el padre Olivera, nos adentra en un relato en el que la fe y la valentía se entrelazan como pilares de una vida dedicada al servicio y la verdad.

Hablar con él es como escuchar una historia épica contada al calor de una chimenea, pero también es adentrarse en una conversación cercana, sin distancias, entre amigos. Su presencia irradia confianza y en sus palabras se percibe la fuerza de quien ha encontrado en la fe un hogar sólido en medio de la tormenta.

Para este sacerdote argentino, que congrega a más de 400.000 seguidores en su canal de YouTube -es, por tanto, un influencer- la vida es una aventura que afronta con el coraje, humildad y plena confianza en Dios.

Quien se acerque a esta entrevista, que bien pudiera ser una conversación, descubrirá una vida entregada al más alto ideal.

Óscar Rivas- La Orden de San Elías, a la cual usted, padre Javier, pertenece, tiene dos vertientes, la primera es la apologética histórica y la segunda la contrarrevolución cultural. ¿Qué importancia tiene la cultura y la historia en la propagación de la Verdad?

P.Javier Olivera- La contrarrevolución cultural no es una revolución contraria, sino hacer lo contrario de lo que se hace en la llamada revolución con R mayúscula, que consiste en cambiar el orden establecido de las cosas.

Uno de los modos en que la Revolución cultural ha obrado en los últimos años, en las últimas décadas, y en los últimos dos siglos, por lo menos, ha sido invirtiendo el orden natural para a su vez destruir el orden sobrenatural.

Esto lo habló muy pero que muy bien, primero la escuela de Frankfurt y también Antonio Gramsci, dos vertientes de la nueva izquierda del siglo XX, que decían que no solamente hacía falta tomar los cuerpos sino también las inteligencias, cambiar el sentido común. Por eso es tan importante la contrarrevolución cultural: para destruir los mitos que se nos han planteado tanto desde el punto de vista de las ideas como de la historia.

Por medio de la falsificación histórica van cambiando incluso nuestro propio modo de ser

Esta es una de las razones por las cuales cuando la izquierda moderna, pero también el liberalismo moderno, toma el poder en algunos ámbitos, una de las primeras cosas que hace es tomar también el ámbito de las humanidades. Y dentro de las humanidades una de las ramas principales y quizás más preferidas: la historia. ¿Por qué? Porque por medio de la falsificación histórica van cambiando incluso nuestro propio modo de ser y a su vez pueden incluso también dañar y cambiar nuestra propia fe.

Si a mí me dicen que mi padre y mi madre fueron dos delincuentes, probablemente las cosas que mi padre y mi madre me han enseñado yo comience a ponerlas en duda. Por lo tanto, si me dicen que la iglesia ha sido siempre una tirana, una torturadora, una institución machista que oprimía a la gente, o que mataba a todos los indios en América, o que mataba a la gente porque pensaba distinto en la quema de brujas… El ataque a la verdad histórica también va dañando de modo tangencial por lo menos nuestra propia fe. Daría importancia a hacer esto que uno puede llamar una contrarrevolución cultural en los ámbitos de la filosofía, la historia, la literatura…

Resulta indudable y sin embargo, no son pocos los que insisten en que no hay que tocar la historia. No entienden que a través de la historia, o mejor dicho, de la manipulación de ésta, lo que se ataca de raíz es el basamento de la cultura cristiana. John Senior, en su libro Restauración de la Cultura Cristiana define la cultura católica como “la Santa Misa y todo lo que se ha generado a su alrededor para enriquecerla y protegerla.” ¿Qué representa para usted esa cultura cristiana?

Bien, la cultura pudiera definirse como esa serie de hábitos intelectuales que le dan una cara, un rostro a una sociedad en un momento determinado.

De la cultura va a depender también el culto que después se realice. La cultura azteca, entre comillas, si uno puede llamar cultura a esas civilizaciones, o la cultura maya, la cultura maori, también van engendrando un modo de vivir y de expresarse dentro de un momento histórico determinado que podrá ser mayor o menor, que podrá ser más elevado o menos elevado.

Por eso, no hay que auto-censurarse diciendo que hay culturas mejores y culturas peores, culturas más elevadas y culturas más primitivas.

La cultura pudiera definirse como esa serie de hábitos intelectuales que le dan una cara, un rostro a una sociedad en un momento determinado.

De ahí que la cultura que ha forjado, al menos algunos de los siglos, en la Mesoamérica, como puede ser, por ejemplo, México, con el canibalismo, con los sacrificios rituales, etc., sea una cultura bastante decadente. De ahí que los españoles, gracias a Dios, nos hayan liberado de todo ese yugo tiránico que imponían muchos de los pueblos precolombinos.  La  cultura azteca, la maya, o la que fuere, tenían también un culto; el culto a los falsos dioses, el culto a los ídolos, en fin…

La cultura cristiana es esa serie de hábitos intelectuales, morales, que le dieron, en su momento, a la Iglesia Católica un rostro determinado, un modo de ser concreto. Por aquello que se dice de que la Lex Orandi es Lex Credendi, o sea, se reza conforme se cree, lo mismo sucede con la Santa Misa.

Conforme ha sido la cultura casi bimilenaria de la Iglesia Católica, se fue conformando a lo largo de los siglos un culto, un culto razonable, un culto conforme a esa cultura. En la medida en que esa cultura cristiana fue comenzando a decaer, ese culto comenzó también a decaer. Es algo natural. En consecuencia, la cultura cristiana es la expresión de una civilización, un grupo de personas que normalmente termina en un culto, que puede ser mejor o peor según los tiempos y según los hábitos intelectuales y morales.

Tanto usted como yo nos movemos en el área de la comunicación. Tal vez se trate de una deformación profesional pero concedo gran importancia al lenguaje y creo que usted también. El lenguaje es relevante, lo vemos cada día. Cada palabra presenta una significación muy concreta que suele obedecer a un sentido. El uso de la palabra parresía, de origen griego, y hoy en desuso, resulta, sin embargo, muy frecuente en sus intervenciones. ¿En qué consiste predicar con parresía y cuál es su importancia?

La palabra parresía es una palabra de origen griego que en muchas lenguas hoy existe todavía. En nuestra lengua castellana, aceptada por la Real Academia Española significa hablar con franqueza, hablar abiertamente, hablar sin temor a ser criticado, a ser tildado de políticamente incorrecto.

Nosotros en nuestra pequeña congregación, la Orden San Elías, intentamos predicar con parresía en dos ámbitos bien específicos: por un lado, el de las llamadas misiones ad gentes, es decir, en los lugares donde no hay cristianos, donde no hay católicos; predicar en aquellos lugares donde todavía no se conoce el nombre del buen Jesús. Y por otro lado, en el ámbito de la llamada contrarrevolución cultural, que antes conversábamos.

La parresía es hablar con franqueza, sin temor a ser criticado, a ser tildado de politicamente incorrecto

En los últimos años los gobiernos de muchos países han avanzado en su pretensión de apropiarse de la enseñanza. Una ministra del presidente Sánchez se atrevió incluso a afirmar públicamente que no debemos pensar que los hijos son de los padres. Su audacia, y que conste que valoro la audacia como virtud, no parece tener límites. Llegados a este punto, ¿dónde queda la libertad?

Decía Chesterton que las palabras se han vuelto como locas, ¿no? Y una de estas palabras que se ha vuelto como loca ya desde la Revolución Francesa, incluso desde antes, es la palabra libertad, que ya no reside en la capacidad de hacer o de buscar el bien, por medio de esa potencia que es la voluntad, la voluntad racional, sino que se entiende por libertad el libertinaje, la capacidad de hacer, decir u omitir, hacer cualquier tipo de cosas en nombre de la libertad.

La Iglesia siempre ha enseñado que los primeros educadores de los hijos no es ni la escuela, ni el Estado, ni siquiera los profesores; son los propios padres, guiados por la enseñanza de la Iglesia, por la enseñanza bimilenaria de la cultura católica.

Los primeros educadores son los padres, guiados por la enseñanza bimilenaria de la cultura católica

Por esta razón, en estos tiempos en los que tanto se habla de libertad, pero termina restringiéndose la posibilidad incluso de educar a sus propios hijos en la verdad, uno tiene que oponerse, como el Quijote, frente a los molinos de viento, aunque parezca que uno va a ser degollado en el «tribunal de la tolerancia».

Eso es lo que tenemos que buscar siempre; que la educación, que implica llevar al máximo las potencialidades de la persona que tenga enfrente, por medio de uno, que es un mero instrumento que va tratando de ayudarlo, que no se nos quite ese ámbito de la verdadera libertad para que esos hijos puedan ser educados para el cielo.

Hay muchos católicos que parecen tener miedo a revelar públicamente su fe, y no digo ya a predicar la Buena Nueva ¿Cómo convencerles de la necesidad de que el católico incremente su presencia en la vida pública?

Esto que me pregunta es en concreto lo que se conoce como el catolicismo liberal. Es decir, ser católico nada más que en la esfera privada, pero no revelar públicamente nuestra condición de cristianos. Lo cual es justamente contrario, no solamente al evangelio, a aquello de que «vosotros hoy sois sal de la tierra», a aquello de que «vosotros sois la luz del mundo», que se encuentra en el evangelio de San Mateo, «no se puede esconder una ciudad en lo alto de un monte. Tampoco se enciende una lámpara para meterla debajo del celemín, sino para ponerla en el candelero y que alumbre a todos los de la casa».

Que brille vuestra luz ante los hombres, dice el Señor, para que viendo vuestras buenas obras glorifiquen a vuestro Padre que está en el cielo. ¿Cómo hacer para convencerles de la necesidad de que un católico se muestre en la vida pública? Bueno, primero, en concreto, volviendo a las Sagradas Escrituras, a la sagrada tradición, volviendo a la vida de los santos, que nunca fueron de aquellos que escondían la cabeza, sino todo lo contrario. Y quizás, si ni siquiera todo eso convence, al menos viendo lo que hacen los mundanos.

Los mundanos no tienen ningún tipo de temor en mostrarse como abortistas, como eutanásicos, como prosodomíticos. No tienen ningún problema en mostrarse públicamente como contrarios a la verdad, a la fe, y públicamente hacen gala de todo esto. Pues bien, contra la malicia hay que oponerle milicia.

Contra la malicia hay que oponer milicia. No hay otra posibilidad

No hay otra posibilidad, no hay otro modo de vivir para un cristiano sino dando el buen combate, que es el buen combate de la vida cristiana.

En efecto, se trata de una realidad cada día más evidente. Ellos no se cortan, de hecho, si alguna vez la tuvieron, dejaron atrás la sutileza. Tanto es así que parece que se hayan quitado la máscara definitivamente. ¿Resulta exagerado señalar que el católico se enfrenta a uno de los momentos más críticos de las últimas décadas?

No, no creo que sea exagerado, por lo menos que nos encontramos ante uno de los momentos más críticos de las últimas décadas, no creo que lo sea. A todos los cristianos siempre les ha parecido que eran los últimos tiempos. Desde San Pablo en adelante pensaban que el Señor vendría en poco tiempo.

No creo apresurado ni tremendista decir que vivimos uno de los momentos más complejos de las últimas décadas

Lo que sí es cierto, y que no se veía tan claramente como ahora se ve –que es lo que se encuentra en el Catecismo– es que una gran apostasía, incluso dentro de la misma Iglesia, nos está casi como dominando. Uno ve que en una parroquia un cura dice una cosa, en otra otro dice otra, en una diócesis un obispo dice algo que contradice otro obispo en otra diócesis. Conferencias episcopales enteras, como sucedió recientemente con el tema de la bendición de las parejas homosexuales, se han opuesto a lo que venía desde, por ejemplo, la Santa Sede.

Es decir, la gran confusión que hay, la gran división y la gran dialéctica, forma parte de nuestros tiempos, donde la verdad parece que no rige, sino que lo que rige es una pseudocomunión o una pseudounidad, que si no está basada en la verdad no funciona. Por eso no creo que sea para nada apresurado ni tremendista, afirmar que el actual es uno de los momentos más complejos que hemos vivido, por lo menos claramente, en las últimas décadas.

La prudencia debe ser un atributo virtuoso de todo católico, pero debe estar exenta de miedo. Un Papa por el que personalmente siento gran admiración y devoción, Juan Pablo II, nos animó a no tener miedo, a abrir de par en par las puertas a Cristo. ¿Cómo podemos ser valientes sin caer en la imprudencia?

La prudencia es aquella virtud moral, la principal de las virtudes morales, la principal de las virtudes cardinales, junto con la justicia, la templanza y la fortaleza, que regula los medios para alcanzar el fin. En el momento en que uno lo realiza, no siempre sabe si se trata de un acto prudente o no. Normalmente la prudencia se determina de ver por el resultado, porque si los medios fueron lícitos, fueron buenos y el resultado finalmente es bueno, entonces eso fue un acto prudente.

En el momento nunca nos parece que tengamos la certeza absoluta, metafísica, o matemática para eso. Tenemos una certeza moral para para actuar, es cierto. Pero una de las cosas que terminan castrando las voluntades, los sueños o las acciones, es justamente una prudencia malentendida, que es, al final de cuentas, cobardía.

Hoy muchos cristianos entienden que prudente equivale a ser cobarde, que prudente equivale a ser falsamente tolerante, que prudente equivale a no meterse en las cuestiones de los otros, en no decir las verdades. Para tener la clave de actuar con prudencia, pero a su vez sin temeridad, para conseguir la clave de ser valiente sin quedarla en prudencia, hay que conjugar esa virtud moral, esa virtud moral de la prudencia, con la virtud principal de las teologales, que es la caridad. Y una de las cosas a las que lleva la caridad es a hablar con verdad, a no falsear la realidad, a no mentir, a no engañar al prójimo.

No hay caridad si uno miente, si uno termina prostituyendo la verdad.

No hay caridad si uno miente, si uno termina prostituyendo la verdad. Por eso quizás un modo concreto de no caer en la imprudencia, de no caer tampoco en la cobardía, es conjugando esa virtud moral con esa virtud teologal. Para mí resulta fundamental, seguir el ejemplo de aquellos que nos precedieron en la historia, que son los santos, que han llegado al cielo, y si han llegado al cielo es porque tuvieron las virtudes, y si tuvieron las virtudes, tuvieron la virtud de la caridad de la prudencia.

¿Qué destacaría de la figura y obra de este Papa?

 Dos cosas destacaría. La primera, es la de haber llevado el Evangelio hasta los confines de la tierra con una enorme pero enorme parresía, sin temores a las ideologías, sin temores sobre todo a la ideología nefasta del siglo XX que fue el comunismo. Por tanto, una de las cosas que yo destacaría es esa.

De Juan Pablo II destaco la valentía de haber predicado la verdad hasta los confines de la tierra, que nosotros tenemos que siempre intentar imitar.

Junto a esta enorme virtud que tuvo el Papa San Juan Pablo II, también encontró una exageración por parte de algunos, que tomaron la figura papal de ese Papa que viajaba por todo el mundo, como si fuera una especie de cuarta persona de la Santísima Trinidad. Pues, si bien supuso un magnífico logro de Juan Pablo II devolver a la centralidad el Primado de Pedro, el cual, después del Vaticano II, parecía haber quedado un poco de lado en favor de las conferencias episcopales de cada país, también esa misma virtud de su figura pública llevó a que muchos católicos acogieran la idea de que el Papa es una especie de cuarta persona de la Santísima Trinidad, o sea, la encarnación de la verdad en la tierra.

Quizás, sumado a nuestro amor tan grande por el papado como pueblo hispano que somos y, sumado al ataque de protestantismo contra el papado y al dogma de la infalibilidad papal –muchas veces muy mal explicado– a partir de la figura de Juan Pablo II, dada la duración de su pontificado, es posible que a muchos católicos les quedara la idea de que siempre, necesariamente, y en todo lugar los Papas, cuando hablan de cualquier tema, aún cuando no sean temas dogmáticos, ni para toda la Iglesia universal, jamás puedan equivocarse.

De esta manera, llegamos al punto en que si uno quizás hoy no está de acuerdo con ciertas posturas, incluso políticas o prudenciales, de algunos Papas, uno termina siendo mal visto o considerado una especie de cismático en potencia, por lo menos. Es por ello que una de las cosas que yo más le rescato a Juan Pablo II es esa valentía de haber predicado la verdad hasta los confines de la tierra y que nosotros tenemos que intentar imitar.

Hace unos días pronunciaba una conferencia en el colegio Juan Pablo II de Alcorcón, cuyo lema proclama “Educar en la Verdad para ser libres”. En un momento en que toda disidencia frente a lo políticamente correcto es perseguida. ¿Se puede defender la verdad objetiva sin que ello suponga un coste para la persona?

No, de hecho, no solamente no se puede defender la verdad objetiva sin que esto suponga un coste, sino que no debe ser así, porque si así fuera entonces nos encontraríamos en dos momentos muy complejos o muy extraños. El primer momento sería que si uno dijera la verdad objetiva frente a toda la gente y no existiera ningún coste, en ese caso sucedería que, o bien a nadie le importa la verdad o a nadie le importa lo que uno dice, ni siquiera cuando es algo, entre comillas, disruptivo; o bien, que todo el mundo ya se ha convertido, en cuyo caso no tiene sentido que haya ningún costo.

La defensa de la verdad objetiva siempre conllevará un coste

Pero la realidad que ninguna de estas dos circunstancias no se dan en el presente. Porque lo cierto es que ni todo el mundo se ha convertido, ni todo el mundo se encuentra en la verdad, ni tampoco encontramos todavía en el día de hoy, gracias a Dios, una total indiferencia respecto a ciertas verdades que deben ser dichas en honor justamente a Aquel que es la verdad por antonomasia, que es Jesucristo Nuestro Señor.

Por eso, siempre, siempre que uno intente defender la verdad objetiva, necesariamente va a encontrar una oposición en aquellos que no quieren descubrirla o en aquellos que quieren simplemente opacarla, esconderla

En la educación, cada vez más uniformizada, que padecemos no se tienen en cuenta los temperamentos. ¿Cómo educar conforme al temperamento que Dios nos ha dado?

 Los temperamentos son ese modo que por nuestra manera física, también de ser, somos un coprincipio de cuerpo y de alma. Hemos nacido a partir de esos llamados humores, como los llamaban también los griegos, Hipócrates y otros más, en la antigua Grecia. Modos distintos de ser, modos distintos de haber sido «fabricados», entre comillas, por nuestros padres. Nos vienen por nuestro coprincipio corpóreo.

No es lo mismo educar a alguien que de temperamento es más bien colérico, que educar a alguien que es de temperamento flemático, sanguíneo o melancólico, dividiendo los cuatro modos clásicos de temperamentos. Quien así lo hiciera estaría intentando colocar un mismo traje o un mismo vestido a personas distintas. Y, aunque sean excelentes vestidos y excelentes trajes, no a todos nos quedan exactamente igual o ni siquiera bien. Un padre, una madre, un educador, tienen que intentar, en la medida lo posible, saber a quién está educando.

Asimismo, sirve para que, en la propia vida espiritual, nosotros mismos sepamos cuáles son nuestros puntos débiles, por un lado, y, por otro lado, cuáles son nuestros dones, nuestros talentos naturales, que no nos vienen porque nos hayamos esforzado, sino que nos vienen de fábrica. De ahí que también sea tan importante esto en la psicología experimental, que antes era sencillo de conocer –cuando el mundo pensaba con más sentido común–, lo que son los temperamentos o los modos de hacer de cada uno.

Acaba de mencionar el sentido común. Es una cuestión esta que me interesa mucho, de la que hablo y escribo a menudo, y que me hace pensar en Gramsci, al que usted conoce bien. El fundador del Partido Comunista Italiano y, todavía hoy, uno de los grandes referentes intelectuales del neomarxismo mundial, establecía una íntima correspondencia entre ideología y sentido común. En mi opinión, esta ideologización del sentido común está alterando por completo el mundo que conocemos, ese que heredamos de nuestros padres, y que ellos, a su vez, heredaron de los suyos. Hemos llegado a tal extremo que aceptamos como normales las mayores anomalías. ¿Cómo revertir la situación?

 El único modo de buscar lo contrario a lo que decía Gramsci es volviendo a decir que el agua moja y que el fuego quema, que 2 más 2 son 4, que la verdad no depende del número, y que porque un montón de moscas coman excremento eso no hace que el excremento sea ni saludable ni apetitoso.

El único modo de buscar lo contrario a lo que decía Gramsci es volviendo a decir que el agua moja y que el fuego quema

No queda otra opción para volver al sentido común que retomar la verdad. La verdad, que es la adecuación de la cosa y del intelecto, que no depende de mí, que no depende de si estoy dormido, despierto, soñando, percibiendo o autopercibiendo diversos colores, sabores o sexos.

No hay otra opción para volver al sentido común que seguir predicando, que seguir intentando conocer la verdad y predicándola a los cuatro vientos. Ese es el orden natural de las cosas. El orden natural reside en volver al sentido común, que jamás fue perdido por la Iglesia, sino que siempre se mantiene idéntico.

La iglesia es esa institución que se mantiene in semper in eodem, esto es, siempre en lo mismo.

Por eso, el mismo Gramsci destacaba que si uno no tomaba ciertas estructuras de la iglesia, esas que hacían que todos los domingos una viejita en su parroquia escuchase el mismo discurso, el mismo mantra; que un catedrático de Oxford y el Evangelio del domingo fuera los mismos para una persona en Australia que para una persona en China; si uno no cambiaba ese sentido de las cosas, esos discursos, o esa moral Incluso en la iglesia, señalaba el intelectual italiano, en ese caso, iba a ser muy difícil cambiar la sociedad según su paradigma de la revolución cultural, reflexionado y escrito desde la cárcel. Gramsci planteaba la necesidad de cambiar el sentido común católico.

Y para terminar una última pregunta. Por muy complejo que sea el contexto, el católico siempre debe tener la esperanza en el horizonte. ¿Hay espacio para la esperanza?

 Pues claro que sí, porque la esperanza es aquella virtud sobrenatural y fundida por Dios en nuestras almas que nos hace esperar aquellas cosas que Dios nos ha prometido. No hablamos aquí de una esperanza terrenal. Sabemos, buscamos, anhelamos y trabajamos para que Cristo nuevamente reine en la sociedad, no solamente en nuestras almas y en nuestras familias, sino que reine en el mundo entero, que reine en los gobiernos, es decir, como aquello que decía el gran Papa León XIII: que la filosofía del Evangelio gobierne nuevamente los estados.

La esperanza es aquella virtud sobrenatural y fundida por Dios en nuestras almas que nos hace esperar aquellas cosas que Dios nos ha prometido

Tenemos que intentar buscar, incluso aquí en la Tierra, que Cristo reine en nuestra sociedad. Tenemos que hacer todo lo posible para que Cristo reine en todos los ámbitos. Si Dios quiere, algún día vendrá un nuevo momento para la Cristiandad. Y si Dios no lo quiere, por lo menos, cuando parezca que ya no queda nada por salvar, tenemos que pensar que siempre queda algo por salvar, que es la propia alma. Que al menos Cristo reine en nuestras almas.

Por eso la esperanza en cuanto a virtud surnatural que nos hace esperar el cielo depende también en gran parte de nuestra cooperación para poder alcanzarlo, para poder llegar al cielo, incluso arrebatarlo por asalto. Así que claramente que sí. Muchas gracias.

Gracias a usted padre, ha sido un auténtico placer tenerle en Forum Libertas.

Óscar Rivas. Director del Forum Libertas

Fuente: https://www.forumlibertas.com/javier-olivera-ravasi-entrevista/

 

quinta-feira, 31 de outubro de 2024

Quem não se prepara para a forja não há de suportá-la

Como se hacen las espadas y armaduras medievales - Forja a fuego - YouTube

 A Milícia de Santa Maria, fundada por D. Gérard Lafond, OSB, é como uma oficina para forjar espadas cavaleirescas. Um ferreiro, antes de adentrar a espada na forja, procura por metais e materiais necessários para compor sua espada. Sabemos que, nessa escolha, não há somente um tipo de material ou somente um tipo de metal, pois há diversos, de acordo com a sua finalidade. No entanto, é fundamental que quem os escolhe tenha a precisão de selecionar metais adequados ao ambiente da forja. Essa fase de escolha do bom metal é a fase do aspirantado, em que se analisam alguns fatores daqueles que desejam entrar para viver em fraternidade nas fileiras da Milícia, como a resistência, a dureza e a flexibilidade dos candidatos.

Depois de cuidadosamente escolhidos pelos ferreiros, os metais e demais materiais adentram o ambiente da forja para serem limpos e preparados. São propostos os projetos de espadas a que irão se configurar. Lembro aqui que essa preparação é a vivência da obediência à Regra da Ordem, que nos limpa, nos lima, tira-nos a ferrugem e nos torna livres para seguir bem o caminho de nossa vocação ao serviço de Nossa Senhora e da Santa Igreja de Cristo. É importante dizer que não se vai para a forja se o metal, cada qual com suas diferentes qualidades, não se deixar ser preparado para a próxima etapa, porque nela haverá de suportar o desafio do fogo, do pesado martelo e do inesperado esfriamento do metal, para que sejam mostradas suas perfeições e defeitos, a fim de serem corrigidas as suas imperfeições antes de seguir adiante. Ora, quem não se prepara para a forja não há de suportá-la. O período de preparação para a forja é o noviciado, no qual determinamos a nossa vocação para sermos uma espada verdadeiramente cavaleiresca, conforme o espírito da Regra.

Agora estamos iniciando o período da forja... Após professarmos os votos na Ordem, inicia-se um período de profundas transformações, de firmar as convicções mais salutares. Esse é o período em que nos permitimos ser moldados, às vezes ainda como um metal frio que aprendeu a suportar os cortes e as batidas do martelo. Precisamos estar preparados para o fogo, para a forja! A forja pode ser vista como um período, conforme escreveu São Pedro Apóstolo, em que nossa fé é provada no fogo (cf. 1Pe 1, 7), devido ao grande valor que ela tem para Deus, para nós e para a Santa Igreja. Precisamos permitir que nossos corações sejam inflamados para que dele se tirem as impurezas, os acúmulos do que nos são desnecessários, e deixarmos ser retomados pela graça edificante do Espírito Santo, que nos ensina, nos ilumina e nos transforma. Tal prova de fogo há de apagar em nós os resquícios de vaidade, de pretensão, de soberba e, principalmente, do orgulho humano. É hora de pensar que a perfeição evangélica é possível, se nos destinarmos, com a alegria de um irrefutável privilégio, a permitir que Nossa Senhora nos conduza à perfeição e, assim, nos apresente como seus filhos e amigos de seu Filho, Jesus Cristo. A nossa consagração recorda-nos isso diariamente. Esse período determinará se seremos verdadeiras espadas cavaleirescas, conforme o reto sentido da Regra de Lafond, ou se seremos meras espadas ornamentais para enfeite. Esforcemo-nos para que o período do escudeirato seja um tempo em que sejamos colocados à prova, enfrentando os desafios, mas sempre entendo que a nossa fortaleza é a Graça, porque o artista que se põe a nos polir é o próprio Espírito Santo.

Por fim, somos uma espada cavaleiresca, firme, forte, às vezes flexível, mas inquebrável e cortante, que se permite ser, nas mãos do Senhor, instrumento de sua justiça e misericórdia no mundo. Estejamos prontos para sermos a espada levantada nas lutas, a retomarmos nossas posições quando formos a espada perdida, e que quando formos a lâmina afiada que fere nas duras batalhas do nosso tempo, que saibamos ser também o instrumento de cura. Meditemos dia e noite sobre nossas condições de cavaleiros. A nossa condição é a de quem está  no meio da guerra, que será ferido e terá medos, mas tudo isso fará com que coloquemos a nossa confiança mais em Deus do que em nós mesmos. Sejamos fortes, estejamos preparados para avançar na batalha, sãos ou feridos, mas que ao mundo seja proclamada a vitória de Jesus Cristo, Nosso Senhor. Ele venceu o mundo!


Eu, João, o menor dos cavaleiros de Santa Maria.

Revisado por: Josimar Rodigues

domingo, 27 de outubro de 2024

ESTAMOS DERROTADOS QUANDO DEIXAMOS DE LUTAR!

 

ESTAMOS DERROTADOS QUANDO DEIXAMOS DE LUTAR!

 

 

   … na realidade, é assim.

  Quando deixamos de lutar, estamos automaticamente derrotados. É assim na guerra, “lato sensu”, é assim no nosso quotidiano nas lutas , mesmo nas mais insignificantes questões em que decidimos fazer frente contra o que discordamos.

   Quem me conhece, sabe que a minha já longa vida tem sido um combate por valores que considero estruturantes da nossa Cultura. Tenho tido derrotas? Sim, e muitas. Desisti? Não! E espero só desistir quando morrer ou ficar cognitivamente incapacitado.

    Já não mudo e não mudo só e exclusivamente porque acredito no que defendo.E não o faço por birra, teimosia ou casmorrice. Luto por valores em que acredito profundamente e que considero que por eles terei de lutar, “ a tempo e a contra-tempo”.

   Considero-me e defino-me como um cidadão interventor social sem fazer militância politico-partidária que não me seduz nem interessa. Sou assim, apesar de tudo e acima de tudo, um político pois combate pela “ polis” e quero caminhar com a História da humanidade de um lado que considero vital: os valores estruturante, os alicerces da sociedade e que tornam esta sustentável e respeitadora dos direitos humanos fundamentais e que , por isso, são imutáveis.

  Há muitos, muitos, anos que estou fortemente engajado, como muitos dos estimados e pacientes leitores que me têm lido ao longo dos  anos, em três grandes eixos:

 -  a defesa da vida humana, desde a concepção até à morte natural; a defesa e promoção da Família e da liberdade de escolha por parte dos pais de serem respeitados e apoiados na escolha de educação dos seus filhos, em total liberdade. Hoje, considero que terei de incluir outros “ campos de batalha” que ameaçam a dignidade da pessoa humana e da nossa cultura:

- a ideologia do Género que , como ideologia, vale o que vale e, no caso vertente é profundamente anti-cientifica e ataca pilares da humanidade que vão desde coisas aparentemente tão simples, como a linguistica, a literatura ou a antropologia, sociologia ou cultura que nos identifica como aquilo que somos desde sempre. Tal como as espécies invasoras que tomam conta de territórios que destroem, a Ideologia do Género está aí, cada vez com mais pujança, imposta por escolas, mass media e determinados sectores políticos e pelos “ idiotas úteis” perante a indiferença abúlica de grande parte dos educadores ( os pais já se deram conta do que se passa com programas de determinadas áreas ensinadas nas nossas escolas, tal com a famigerada “ Educação para a Cidadania” que , em geral até desrespeita a nossa Constituição?)

- o transhumanismo que , silenciosamente, está a manipular a identidade genotípica do Homo sapiens, o  Homem, tentando alterar o mais profundo da nossa diversidade, graças ao extraordinário progresso científico que está, em muitos casos, desviado para fins pouco aceitáveis e que primam pelo egoísmo ou, pior, pelo experimentalismo genético que não sabemos bem para onde nos pode levar.

 - o especismo, que , estupidamente impõe a igualdade entre todos os seres vivos com o Homem. Segundo os especistas, uma vaca ou uma lombriga são iguais em direitos ao Homem!Ainda recentemente, por exemplo, a Presidente da Câmara de Paris quis fazer uma desratização desta cidade, invadida por pragas de ratos, e foi impedida pelos especistas que invocavam o “ direito” dos ratos!!!

Ora, caros leitores, temos aqui três novos temas (não tão novos como podem parecer) que abriram novos campos de acção em nome da Ciência, do bom senso e, sobretudo, do respeito da dignidade humana que se procura aniquilar, destruindo o próprio Homem que, segundo os prepotentes doutrinadores das novas  teorias, é um mal que terá de ser aniquilado para salvar o planeta ( daqui resulta o terrorismo das chamadas “ alterações climáticas” com que somos bombardeados a todo o momento, esquecendo intencionalmente, que a história da Terra é feita de alterações, algumas drásticas , do clima mesmo e sobretudo quando ainda não havia homens sobre a Terra).                  

 ESTAMOS DERROTADOS QUANDO DEIXAMOS DE LUTAR!

De que lado está, caro leitor?

 

Carlos Aguiar Gomes

 

sexta-feira, 25 de outubro de 2024

Mons. CHRISTORY interpela-nos

 Notre année pastorale est maintenant lancée. En ce mois du rosaire, nous la confions à Notre-Dame. Comment déployer notre mission ? Le synode romain en cours confirme la dimension synodale de l’Église. Cela nous encourage à invoquer le Saint Esprit ensemble afin qu’il inspire nos œuvres, en vivant la subsidiarité à tous les degrés d’implication dans nos communautés. Chacun, baptisé, y est attendu pour apporter ses talents et ses charismes. Ainsi, nos paroisses seront illuminées de notre foi commune et accueilleront les recommençants qui frappent à nos portes. 

 

Écrivant aux chrétiens d’Éphèse, l’apôtre Paul se réjouit de la foi qui anime ses frères dont il entend parler : « je ne cesse de rendre grâce, quand je fais mémoire de vous dans mes prières ». N’est-il pas merveilleux de voir comment, dans la puissance de l’Esprit, la Bonne Nouvelle gagne les uns et les autres dans ce grand empire romain païen ? Or notre continent européen, autrefois porteur du message de l’Évangile, est devenu païen en succombant aux attraits de la modernité et du pouvoir que donnent les biens matériels et l’argent. Éphèse était une ville admirable à l’époque romaine, on y adorait Artémis, on y avait édifié l’immense théâtre qui permettait d’y interpréter les grands auteurs de l’antiquité, le port maritime et le forum attiraient les commerçants et les armateurs de toute la Méditerranée, la culture était honorée avec une merveilleuse bibliothèque qui faisait la fierté de la ville. 

 

Cette cité avait-elle besoin d’être sauvée par le Christ ? Certes oui ! Paul fait l’éloge de la foi des Éphésiens envers Jésus-Christ et de l’amour qu’ils ont pour les fidèles. En cette jeune église, foi et charité sont les deux colonnes qui donnent force à la communion. La foi au Christ est la source et le lien des choses spirituelles. Elle s’incarne par les actes que nous posons au nom de Jésus pour répondre aux besoins des hommes. C’est à ces conditions que peut exister un cercle vertueux où foi et charité s’entrelacent et croissent afin de devenir la sève qui irrigue les relations. 

 

Pour nos communautés actuelles, souvent isolées particulièrement dans nos grands espaces ruraux, comment la foi peut-elle grandir ? Cette question me fut posée par des adolescents du collège de Nermont. Quelles ressources avons-nous pour approfondir notre relation à Jésus-Christ afin d’être unis comme les Éphésiens ? Notre foi n’est-elle pas le don d’une relation faite d’échanges, de méditations, de prières, fortifiée par la grâce des sacrements par lesquels Jésus-Christ se communique lui-même ? Je vois des baptisés chrétiens, pas tous catholiques, qui cultivent une intense relation à Jésus-Christ. Ils méditent l’Écriture Sainte, ils prient Dieu Trinité, ils invoquent le Saint-Esprit. Notre foi se nourrit des textes du magistère, de la vie et des enseignements des saints. Plus nous découvrons ces traditions, plus notre désir augmente de connaître le Christ et de l’annoncer. 

 

Malheureusement une grande partie des baptisés ne manifeste aucun goût pour cette quête spirituelle. Ils se contentent d’un vernis superficiel, méconnaissent les textes bibliques, abandonnent les sacrements et finissent par contracter la terrible maladie de l’ignorance. Pour eux, Jésus n’est qu’un personnage aimable. En réalité, ils ignorent la folie de l’Amour de Dieu qui désire les combler de sa vie divine et de son pardon. Savent-ils que Dieu s’est fait homme afin que les humains soient divinisés en lui et illuminés de son amour ? Il y tant à découvrir au contact du Christ quand on se plonge dans la vie des mystiques chrétiens, quand on découvre le courage des martyrs, quand on étudie la science théologique des maîtres. 

 

À toutes ces personnes, j’aimerais qu’elles écoutent les paroles de l’apôtre Paul : « Que Dieu ouvre à sa lumière les yeux de votre cœur, pour que vous sachiez quelle espérance vous ouvre son appel, la gloire sans prix de l’héritage que vous partagez avec tous les fidèles, et quelle puissance incomparable il déploie pour vous, les croyants : c’est l’énergie, la force, la vigueur qu’il a mise en œuvre dans le Christ quand il l’a ressuscité d’entre les morts qu’il l’a fait asseoir à sa droite dans les cieux. » (Eph 1,19-20) Il est grand le mystère de la foi. C’est une lampe pour marcher vers notre destinée, c’est une source pour être désaltéré, c’est un flot de grâces pour aimer. Pourquoi ne pas prendre conscience que nous sommes si privilégiés quand nous vivons de sa vie ? Pourquoi ne pas entendre que Jésus désire nous partager toutes ses richesses ? Oui, cherchez, ne restez pas sur le seuil, venez et voyez !

 

Vivant dans la lumière de l’Esprit, nos cœurs sont habités et nos volontés entraînées pour que la foi conduise nos communautés vers plus de charité, les uns envers les autres, et au-delà vers ceux qui ont besoin de secours. Alors nous jouirons de la joie évangélique partagée avec les personnes en difficulté que nous accompagnerons en faisant l’expérience que le Christ nous unit dans un même corps qu’est l’Église. Certes cela prend la forme d’une multitude de paroisses, de groupes, d’associations, de mouvements spirituels et caritatifs. Là est la richesse des fruits du Saint-Esprit qui souffle des quatre coins de l’horizon et qui pousse des hommes et des femmes à se lever et à être créatifs au nom de Jésus. La foi se dévoile par ces actions. Et quand les hommes de ce monde cherchent à limiter la manifestation de l’Esprit dans les structures politiques et éducatives, nous chrétiens devons être d’autant plus audacieux et libres pour ouvrir des voies nouvelles afin que l’évangile du Salut soit proclamé. En effet, nous ne pouvons pas taire le don de Dieu quand beaucoup recherchent la paix et le pardon. Oui, « il faut obéir à Dieu plutôt qu’aux hommes » (Act 5,29).

 

Paul a longuement partagé la vie des Éphésiens pour les enseigner. Il connaissait la puissance de la société romaine, fondée sur des richesses matérielles. Il voyait les nombreuses injustices et l’esclavage qui causaient tant de souffrances. Il avait expérimenté par lui-même la force de l’Esprit et sa vie en avait été bouleversée. C’est pourquoi il soutenait cette petite communauté d’Éphèse dans sa nouveauté spirituelle et communautaire. Il savait que la lutte serait âpre, que les oppositions éclateraient, il avait compris que la force résidait dans sa faiblesse, il craignait les divisions internes, il ne baissait pas les bras mais il espérait contre toute espérance. Il annonçait Jésus-Christ mort et ressuscité à tous même si seulement quelques auditeurs semblaient l’écouter. 

 

Pouvons-nous être inspirés par l’exemple des Éphésiens ? Je vous propose de lire la lettre de saint Paul aux Éphésiens. Puisez-y la joie du témoignage rendu à ces premiers disciples de Jésus. Prions maintenant pour la mission commune. Soyons généreux et accueillants pour les catéchumènes et ceux qui demandent le baptême d’un nouveau-né ou le mariage. Nous avons reçu du Christ la vie divine, partageons-la. 

+ Philippe Christory, Bispo de Chartres

 

sexta-feira, 4 de outubro de 2024

 

Bélgica convoca al Nuncio por lo que dijo el Papa sobre el aborto ante la tumba del rey Balduino4/10/24 11:28 AM

(Cathobel/InfoCatólica) La visita del papa a Bélgica no ha dejado indiferente al mundo político, por decir lo menos. Ayer jueves, en la Cámara de Representantes, el primer ministro Alexander De Croo calificó las declaraciones del papa Francisco sobre el aborto como «inaceptables» y, a continuación, anunció que había convocado al nuncio apostólico, monseñor Franco Coppola, a una reunión.

Durante la sesión de preguntas al gobierno, varias diputadas mencionaron las declaraciones del Papa hechas tanto en suelo belga como en el avión de regreso a Roma. Las diputadas aprovecharon la ocasión para interrogar al primer ministro sobre la postura del gobierno frente a estas intervenciones «problemáticas» del pontífice.

La oración improvisada del Papa ante la tumba del rey Balduino y el homenaje en la cripta real también suscitaron críticas contundentes de los parlamentarios y del primer ministro. El Pontífice «elogio la valentía» de Balduino, cuando optó por «dejar su cargo de Rey para no firmar una ley asesina». El Papa instó a los belgas a mirarlo «en este momento en que las leyes criminales se abren paso»

«Una injerencia inaceptable en las leyes de nuestro país»

Primero intervino la diputada de Ecolo, Sarah Schlitz. Visiblemente molesta, Schlitz criticó el «doble discurso» del Papa durante la visita y sus declaraciones sobre las mujeres y el aborto. Concretamente, condenó la comparación del papa entre los médicos que practican abortos y los sicarios, que calificó de «provocación totalmente inapropiada en el Día Internacional por el Derecho al Aborto».

Con su acusación de «doble discurso», Schlitz recriminó al Pontífice haber tratado este tema en Bélgica, mientras en el Parlamento federal se discute la ampliación del plazo legal hasta las 18 semanas: «Decide intervenir en un debate nacional que está siendo objeto de intensas discusiones. ¡Es totalmente inaceptable!» También criticó su discurso en la UCLouvain sobre la mujer, a quien describió como «hospitalidad fecunda, cuidado, dedicación vital», una expresión que calificó de «visión obsoleta de la mujer».

Schlitz concluyó dirigiéndose a Alexander De Croo: 

«¿No cree que esta situación implica una injerencia inaceptable en las leyes de nuestro país?»

La diputada de Open Vld, Katja Gabriëls, expresó su indignación denunciando lo que consideraba una falta de respeto del papa hacia la democracia, el gremio médico y «la libertad de las mujeres para decidir». La liberal Charlotte Deborsu (MR), la más joven de la asamblea, añadió:«No tendría derecho al aborto si el papa fuera nuestro primer ministro; por suerte, no lo es». Pidió entonces a De Croo que la tranquilizara:

«¿Puede confirmarme que la separación entre el Estado y las Iglesias sigue siendo fundamental, independientemente de la religión? Recibió a un líder religioso que instrumentalizó su visita para expresar sus posturas más retrógradas y patriarcales sobre las mujeres».

Finalmente, Caroline Désir, diputada socialista, fue la más vehemente:

«Señor primer ministro, ha recibido a un líder religioso que utilizó su visita para expresar sus posturas más retrógradas y patriarcales sobre las mujeres».

La exministra de educación cerró su intervención preguntando al gobierno:

«¿Ha solicitado a su Ministro de Asuntos Exteriores convocar al nuncio apostólico para denunciar las palabras del líder de la Iglesia?»

Alexander De Croo, visiblemente enfadado, dijo que transmitiría un «mensaje claro» al nuncio: «Lo que ha ocurrido es inaceptable».

El primer ministro aseguró de inmediato que «no había prevista ninguna visita a la cripta de Laeken» en la agenda:

«Fue el propio papa quien insistió en realizar esta visita de última hora para recogerse ante la tumba del rey Balduino. Fui informado posteriormente de que la visita se había llevado a cabo».

Según De Croo, la visita debía ser «puramente privada»; «pero tomo nota de que tras la visita, igualmente hubo comunicaciones oficiales por parte del Vaticano. Claramente, fue una visita menos privada de lo que se había previsto…»

«No necesitamos recibir lecciones…»

«El Papa hizo ciertas declaraciones que no son aceptables», lamentó el primer ministro, refiriéndose a la comparación del papa entre los médicos y «sicarios» y a la ley de 1990 como «una ley mortal». De Croo recalcó que «no necesitamos lecciones sobre cómo nuestros parlamentarios votan democráticamente las leyes». «Afortunadamente, los tiempos en los que la Iglesia dictaba la ley en nuestro país quedaron atrás».

El jefe del ejecutivo exigió «respeto». Primero «para los médicos, que hacen su trabajo dentro de un marco legal. Pero también respeto para las mujeres, que deben poder disponer libremente de sus cuerpos, sin intromisión de la Iglesia».

Concluyó su intervención anunciando que había «invitado al nuncio apostólico a una reunión». No será su primer encuentro: «Me he reunido con él dos veces durante mi mandato, justo después del caso Vangheluwe», añadió.

De Croo aseguró que su mensaje a monseñor Franco Coppola sería muy claro:

«Lo que ha ocurrido es inaceptable».

Para finalizar, el primer ministro criticó a la Iglesia, la cual, según él, no siempre ha actuado con rapidez frente a abusos sexuales cometidos por miembros del clero. «Si hay algo que debería indignarnos es, sin duda, la permisividad hacia aquellos que han permitido que se cometan abusos o hacia los que no actuaron cuando deberían haberlo hecho».

Las palabras del jefe del gobierno fueron recibidas con fuertes aplausos en la Cámara, incluso – algo bastante inusual – por parte de miembros de la oposición.

domingo, 29 de setembro de 2024

Le Grand Maître de notre communauté

Chers frères et sœurs,
Aujourd'hui, dans notre Ordre, nous célébrons une fête de première classe. Nous commémorons la consécration de l'église de Saint Michel Archange à Rome. Saint Michel Archange est le Grand Maître de notre communauté. Son cri de guerre et de victoire "Qui est comme Dieu?" doit aussi être notre cri de guerre (Règle, chap. I, al. 3)!

Cette journée doit nous rappeler que notre combat ne concerne pas la chair et le sang - ce serait déjà un défi en soi! - Mais "contre les puissances et les autorités, contre les dominateurs ténébreux du monde et contre les esprits méchants dans les lieux célestes" (Eph. 6, 12). Les adeptes de ces esprits mauvais ont un pouvoir immense dans ce monde, que ce soit sur le plan financier ou personnel. "Le monde est transformé en un immense champ de bataille (...)". Cela ne doit cependant pas nous décourager! Car si, sous l'influence de la grâce divine, nous nous repentons, offrons nos prières et témoignons jusqu'au don de notre vie, "l'assistance du Saint-Esprit devient efficace, les forces chaotiques reculent, l'armée des cieux détrône les puissances perfides, la vérité remporte la victoire". (cf. Règle, Prologue).

Cette semaine, le Conseil fédéral allemand a approuvé une loi qui rendra punissable la défense de la vie à naître en Allemagne si ces actes ont lieu dans un rayon de 100 m autour des centres de consultation et des cliniques d'avortement (p. ex. prières, affiches, discours de parents d'enfants à naître).

Alors qu'il était autrefois dans l'intérêt d'un État de voir naître sur son sol le plus grand nombre possible d'êtres humains afin d'assurer la pérennité de son peuple, le gouvernement fédéral allemand encourage le meurtre actif de ces futurs citoyens. Les personnes qui s'engagent pour la protection de la vie à naître - et donc pour la pérennité de l'État - sont discriminées (et même placées dans le "coin droit"). Donner la vie à quelqu'un ou tuer un être humain sont placés sur le même plan moral. Depuis des décennies, nous nous sommes habitués à vivre avec ce mensonge. Une fois par an, on peut descendre dans la rue - sous protection policière - pour défendre la vie. On peut espérer que les politiciens chrétiens et les évêques catholiques s'engagent également en faveur de la vie en dehors de cette journée et qu'ils opposent la "vérité de la vie" au "mensonge de la mort" aussi souvent que nécessaire, jusqu'à ce que les sociétés se réveillent, révoquent les "faux apôtres" dans les parlements et leur demandent des comptes!

Demandons à l'archange saint Michel et aux armées célestes qu'il dirige le courage de toujours dire la vérité, qu'elle soit opportune ou non!

Maria vincit!

Bro. Peter

O REI BALDUINO: um Homem exemplar para a eternidade

                          O REI BALDUINO: um Homem exemplar para a eternidade       Em 1993, em trabalho, estive vários dias na Bélgica...